miércoles, 21 de agosto de 2013

Verde que te quiero verde (7/1)

 

Con el Sunny listo, él y Monique van hasta una nueva tienda de recambios, situada en A Coruña centro. Monique sigue sin encontrar una suspensión regulable en altura para el corsa, por lo que decide llevarse unos amortiguadores Koni amarillos y unos muelles eibach de -60/60 mm.

De vuelta, muchos coches en carretera miran con cara de sorpesa al Sunny, ya que no es un modelo muy visto en tales condiciones. Jota está tremendamente satisfecho con él y además a la gente le resulta atractiva la pequeña máquina.
Al incorporarse a la carretera AC-164 (A Coruña-Ferrol) un coche le hace luces, están bastante separados, por lo que Jota no le da importancia. En el puente de Pedrido, la cosa cambia.
El vehículo en cuestión es un Renault Supercinco Turbo, por la parrilla de cuadritos se sabía que era un fase 1, entrados ya en el puente, el r5 continua haciendo constantes ráfagas de luces, aproximándose a una velocidad pasmosa. Jota baja una marcha, pero el Renault ya venía endiablado y se dispone a adelantarlo sin apenas problemas. Entonces se da cuenta de que el r5 no venía solo. Un golf serie 3 venía pisándole los talones, quizás era ese el motivo por el que el conductor del Renault no cesaba de emplear las largas.

Así que Jota se mantuvo en un régimen de revoluciones óptimo y esperó a que ambos pasasen para intentar "jugar" con ellos.

El r5 estaba a su lado, era rojo, defensas y molduras de color negro texturado, poco mas podría apreciarse a la velocidad con la que pasó, solo que las llantas eran de color dorado.
Por otra parte, el Golf indiscutiblemente era un vr6, ya que el sonido hacía estremecer hasta a los seres inertes, sin ninguna duda, era recién comprado. El color Mystic Blue Pearl brillaba tanto que Jota tuvo complicado durante un rato el mantener la vista sobre la carretera.




Cuando ya tiene al Golf a su altura, Jota pisa a fondo, la recuperación no es tan buena como le gustaría, pero aún así, consigue pegarse a la parte trasera del vr6 en muy poco tiempo.
La cosa se complica para el Golf, ya que por el carril contrario se aproximan unos cuantos coches, así que detiene el adelantamiento al r5 que había puesto en marcha.

La cosa se pone interesante, al llegar a las zonas mas ratoneras el r5 destaca sobre el vr6, que no era capaz de seguirle el ritmo y Jota, cada vez veía mas factible el adelantamiento.
En una de las curvas a derechas, el golf se cuela un poco y peca de subviraje, cosa que le hace perder bastante velocidad al tener que soltarle al gas e intentar mantener la trazada que ya había perdido, y eso le pone las cosas algo mas fáciles al Sunny, que hasta el momento seguía sin reproche todas las órdenes de Jota. Así que aprovecha el descuido y cuando el golf entra de nuevo en su carril, lo adelanta invadiendo el carril contrario, en el espacio justo para que el golf no pudiese impedirlo. Había sido un adelantamiento bastante limpio y sin riesgos.




El r5 seguía delante, estaba mas lejos de lo que Jota creía y todavía quedaban unas cuantas curvas cerradas, hábitat natural de estos chasis Renault.
Aunque el corazón del Sunny latía fuerte, había sido destinado para la competición pero en estos momentos estaba debatiéndose contra un "simple r5" de 115cv declarados.
Y... ¡Caray para los 115cv!

-¡Ya basta Jota!. - La voz de Monique irrumpe en el cerebro de Jota, que estaba sumergido en las 16v del Nissan.- No te la juegues, por lo menos no conmigo aquí.

Pero parece que no es capaz de desatender al r5.

-¡Jota! ¡Para, por favor!.

Y en ese preciso momento, Jota da alcance a la bala roja.
Su conductor no era precisamente un nobel, en mas de una curva abierta, sobre todo en las enlazadas del tramo "campolongo-pontedeume" se apreciaba el uso del pie izquierdo y el r5 lo agradecía manteniéndolo bien posicionado.

Al llegar a la recta mas grande del trayecto, el r5 aminora y saca la mano por la ventanilla echándose a un lado, indicando a Jota que adelante.

Cuanto lo hace, el experimentado conductor pita 2 veces indicando un saludo, mientras con la mano ahora levanta el dedo pulgar. No había duda, había sido un buen recorrido, pero Monique se había mosqueado y se dedicó a mirar fijamente por la ventana sin dirigir palabra.

Después del achuchón el Nissan entró en reserva, así que aminora bastante el ritmo hasta llegar a la gasolinera de Pontedeume.



El hombre de la gasolinera no parecía haber tenido un buen día, traía esa típica cara de perro mestizo con la parte inferior de la mandíbula sobresaliendo con la que casi podía morderse la nariz con los dientes.

-98! lleno, por favor.