jueves, 15 de agosto de 2013

Corsas que pasan (4/2)

Jota abre el Mercedes, y David desenfunda la cámara de fotos. Tenía buena pinta, no era de las típicas desechables.

Sacó fotos a todo tipo de detalles: Perspectivas de los faldones, alerón, a las Bbs Rm, los asientos deportivos, el techo solar, a la insignia del capó... incluso pidió abrir el capó para tomar una instantánea del motor 16v con culata Cosworth.

-Oye Juan, muchas gracias por dejarme hacer esta sesioncilla, la compraventa ahora va a lucir de cojones.

No le pegaba mucho con esas pintas soltar ese tipo de frases.

-De nada David, encantado.

David se dirige de nuevo hacia Ramiro, se les ve intercambiando unas palabras, luego, ambos se cierran en la oficina y salen tras un par de horas. David se despide de los 2, se monta en el 500sl y se marcha.

-Oye Juanito! De puta madre que estuviera ahi el 190. Este tal David me comentó que abrió una compra/venta, y que cada semana me traería una flota de coches. Alucinó con como tienes el Mercedes amigo, me dijo que no lo había visto tan nuevo ni en concesionario, por eso quiso contratarnos.

Ramiro ya lucía otra cara, la cara de un hombre al que le acaban de aflojar la soga, totalmente aliviado.

- De lujo Ramiro, a ver si remontamos.






Ya es hora de cerrar, por lo que se dirige a Covas, a casa de Charly, para que el 190 no durmiese en la calle. Allí lo esperaba Monique, que le ofrece pasar la noche en la casa de su tío y bueno... Evidentemente acepta, está cansado del trabajo y evita pegarse de nuevo un tute hasta San Felipe.

- Oye Jota, las llantas están vendidas. Hemos conseguido muchísimo dinero. Pero no creas en los milagros.

Charly no era demasiado claro con lo que decía.

-¿Milagros? Las llantas ya te había dicho que las vendieras para ti, a mi ya me parecen demasiados los favores que me haces Charly.

-¿Y si te digo que con lo que hemos sacado, nos da para dejar nuevo del trinque el 205, el corsa, comprar otro coche e incluso para que te hagas la cirujía en la cara para quitarte esa expresión de sorpresa?.

Terminaba entre carcajadas.

-¡Coño! no será para tanto...

-¿No has dicho que las vendiera para mi? Pues no te voy a dar cifras, ya que como te dije, no creas en los milagros. Pero ve pensando en deshacerte del corsa.

-La verdad... -Dice Monique mientras los 2 la miran sorprendidos.- ...Es que estoy bastante contenta con el corsita. Estos días me ha dado muchas satisfacciones, y creo que con una buena suspensión y mejores frenos podría encariñarme mucho con el.

Jota le sonríe, ya que para él, que su humilde corsa haya conseguido la aceptación de Monique era todo un logro.

-Entonces vete pensando en que coche quieres Jota. Porque tienes un millón y medio de pesetas para desahogarte con lo que quieras.

-¿Estás de coña no? ¿un millón y medio por las llantas?

-Ya te he dicho que no creas en los milagros...

 

Pasan allí la noche, y por la mañana Jota sale directo a la tienda de recambios a pedir una amortiguación para el corsa pero no encuentra nada del agrado de Monique, ya que ella prefiere que vaya muy muy bajo. También visita un desguace, en busca de unos frenos mejores que los de un sencillo 1.2, y finalmente consigue las pinzas de un sierra cosworth y los discos de 256mm y bomba de freno de un opel Kadett gsi, además de las llantas de origen del Kadett.

De vuelta a casa de Charly, Jota pasa por la carretera de serantellos, escuchando en el radiocassette la canción de Led Zeppelin, Black Dog con la adrenalina a tope.
Cuesta arriba el Mercedes empieza a pedirle algo mas de caña, y él, no lo puede evitar. Las 16v gritan de manera celestial.
Se aproxima la cuesta de la Bailadora, famosa en el lugar por sus curvas rápidas, el marcador rondaba los 150 antes de entrar en la primera de las 2, se trata de una a izquierdas, por lo que Jota se atreve a comer carril contrario, pero al aproximarse la segunda curva se ve demasiado apurado y comete el gran error de soltar gas...
El autoblocante mecánico del 2.3 16v dejó de proporcionar tracción a las 2 ruedas traseras y debido al ángulo de la curva, las mismas empezaron a deslizar.




Su confianza se vino abajo.

Estaba empezando a comprender el embolado en el que se había metido.
Volantea hacia el lado contrario, con los frenos clavados, dirigiéndose directo a una cuneta de tierra muy elevada, aproximadamente 2,5m de altura. Las ruedas chirrían al intentar aferrarse al asfalto pero el Mercedes no se detiene. Entonces, en una última llamada a la desesperación, baja una marcha en la caja Getrag y da gas a fondo, ya cerrando los ojos, esperándose lo peor.

Parece que se acerca el fin de un gran Mercedes 190 2.3 16v...